El dolor crónico afecta diariamente la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Hoy en día, existen múltiples opciones terapéuticas diseñadas para aliviar el dolor en los pacientes y ayudarlos a mejorar su funcionalidad y estado de ánimo. Ahora bien, comencemos por el principio.
¿Qué es el dolor crónico y cómo afecta a la calidad de vida?
Hablamos de «dolor crónico» en referencia a aquel dolor que persiste durante más de tres meses, luego incluso de que se haya curado la lesión o enfermedad que lo ocasionó. Es un tipo de dolor que afecta no solo al bienestar físico de quien lo padece, sino también a su salud mental, ya que puede traer aparejados problemas de ansiedad e incluso depresión.
Las personas con dolor crónico suelen encontrarse con dificultades a la hora de realizar tareas cotidianas, lo que genera a la vez una tendencia al aislamiento y afecta su capacidad laboral.
¿Para qué sirve la unidad del dolor?
Las unidades de dolor son centros especializados en el diagnóstico y tratamiento del dolor crónico. Suelen encontrarse integradas a instituciones como hospitales y clínicas, y permiten un enfoque integral de cada caso al estar conformadas por equipos multidisciplinarios que incluyen médicos, psicólogos, fisioterapeutas y otros profesionales de la salud.
El trabajo que se realiza en estas unidades de dolor crónico permite alcanzar un tratamiento efectivo para cada persona.
Terapias farmacológicas para el dolor crónico
Medicamentos antiinflamatorios y analgésicos
Suelen ser los medicamentos más empleados para el tratamiento del dolor crónico. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), tales como el diclofenaco o ibuprofeno, resultan altamente efectivos para casos de dolores de origen inflamatorio. Por otro lado, los analgésicos, como el paracetamol, son de gran ayuda para dolores de moderada intensidad.
Opioides: cuándo y cómo se utilizan
Los más conocidos son la morfina, el fentanilo y la oxicodona. Son analgésicos potentes empleados en casos de dolor severo o en fases terminales de enfermedades. Deben ser administrados y controlados de forma exhaustiva, ya que cuentan con un alto riesgo de dependencia. Incluso, pueden generar efectos secundarios, como somnolencia o estreñimiento.
Terapias adyuvantes
Se incluyen aquí medicamentos como los antidepresivos, anticonvulsivos y relajantes musculares, que, si bien no son analgésicos tradicionales, pueden ser de gran utilidad para controlar el dolor neuropático, de la ciática o la neuralgia.
Tratamientos no farmacológicos en la unidad del dolor
Fisioterapia para el dolor crónico: técnicas y beneficios
Las técnicas empleadas en la fisioterapia, como los ejercicios de estiramiento, manipulaciones articulares y fortalecimiento muscular, son de gran ayuda en el tratamiento del dolor, en tanto que previenen el debilitamiento de los músculos, disminuyen la rigidez y mejoran la movilidad.
Psicoterapia y el manejo del dolor a través de terapias cognitivo-conductuales
La psicoterapia resulta un gran aliado para los pacientes que necesitan cambiar el modo en que perciben y reaccionan ante el dolor. Son una buena herramienta para disminuir el estrés y la ansiedad, factores que pueden empeorar el dolor crónico. A través del buen tratamiento psicoterapéutico, los pacientes pueden aprender a desarrollar estrategias para manejar el dolor, mejorando así su bienestar emocional.
Ejercicio terapéutico y su impacto en el dolor crónico
Es tarea de un fisioterapeuta desarrollar actividades de ejercicio terapéutico como caminar, practicar yoga o nadar, con el objetivo de fomentar la liberación de endorfinas, analgésicos naturales del cuerpo. Con una rutina pertinente de ejercicio, es posible reducir la inflamación, aumentar la flexibilidad y reducir notablemente el dolor.
Terapias complementarias: acupuntura, quiropráctica y más
Existen terapias alternativas como la acupuntura (consiste en insertar agujas en puntos específicos del cuerpo para aliviar el dolor) o la quiropráctica (enfocada en provocar ajustes en la columna vertebral para tratar trastornos musculoesqueléticos). Si bien los resultados acerca de la efectividad de estas terapias no son concluyentes, para muchos pacientes representan una gran ayuda para afrontar su dolor.
Procedimientos intervencionistas para el manejo del dolor
Bloqueos nerviosos y su aplicación en la clínica
Refieren a la inyección de anestésicos locales o esteroides en áreas específicas con el objetivo de interrumpir la transmisión del dolor. Se suelen emplear en el tratamiento del dolor asociado a la columna vertebral, o incluso para el dolor neuropático.
Infiltraciones de corticoides
Cuando el dolor no termina de responder a otros enfoques, se utilizan este tipo de infiltraciones con el fin de reducir la inflamación en trastornos articulares o musculares crónicos.
Radiofrecuencia para el alivio del dolor
La radiofrecuencia emplea ondas electromagnéticas para generar calor en las regiones donde se percibe el dolor. En casos de dolor crónico en la columna vertebral o las articulaciones, puede ser de gran utilidad.
Estimulación de médula espinal y sus beneficios en pacientes con dolor crónico
Se trata de un tratamiento en el que se colocan electrodos cerca de la médula espinal con la intención de afectar el modo en que el cerebro percibe el dolor. Se suele utilizar en casos donde los pacientes no han respondido a otros tratamientos, y puede generar un alivio significativo a su dolor.
Innovaciones en el tratamiento del dolor crónico
Nuevas tecnologías en el manejo del dolor
Actualmente, las unidades del dolor incorporan cada vez más tecnologías innovadoras para mejorar las opciones de tratamiento y proporcionar soluciones más efectivas. Entre ellas podemos identificar, por ejemplo, a la estimulación transcutánea nerviosa (TENS), que utiliza impulsos eléctricos que bloquean las señales de dolor.
Terapias regenerativas: células madre y plasma rico en plaquetas
Si bien este tipo de terapias se encuentran aún en fases de investigación, los resultados preliminares son prometedores. Se suelen emplear como alternativas de regeneración de tejidos dañados y alivio del dolor crónico.
Estimulación eléctrica transcutánea (TENS) y otras alternativas innovadoras
El TENS es una técnica no invasiva que se vale de impulsos eléctricos para disminuir el dolor. Otros tratamientos innovadores son la neuromodulación y los dispositivos implantables de estimulación eléctrica.
¿Cómo elegir la mejor terapia para el dolor crónico?
Evaluación personalizada en la unidad de dolor
Resulta de vital importancia obtener un diagnóstico preciso de la problemática, para seleccionar así la estrategia más eficaz de afrontarla. Esto se logra a través de una evaluación personalizada, que contempla factores en relación al dolor como su tipo, localización e intensidad.
Importancia de un enfoque multidisciplinar
Con el fin de proporcionar una atención efectiva, es recomendable atacar al dolor desde un enfoque multidisciplinar, es decir, a través de la combinación de terapias farmacológicas, psicoterapia y fisioterapia.
Beneficios de acudir a una unidad de dolor especializada en una clínica
Equipos médicos especializados y atención personalizada
Las unidades del dolor cuentan con profesionales dedicados especialmente al manejo del dolor crónico, lo cual facilita la detección del origen de los dolores y permite tratarlos con más eficacia.
Infraestructura avanzada y tecnología de vanguardia
Estas unidades cuentan con tecnologías y equipos de última generación que ofrecen tratamientos cada vez más precisos, lo que afecta directamente la calidad de los pacientes.
Preguntas frecuentes sobre las terapias para el dolor crónico
¿Cuál es la terapia más efectiva para el dolor crónico?
Dependerá de la causa y la intensidad del dolor. Por lo general, se obtienen buenos resultados combinando tratamientos farmacológicos con terapias tanto físicas como psicológicas.
¿Cuánto tiempo tardan en hacer efecto las terapias?
Si bien algunas terapias proveen alivio a la brevedad, el tiempo de respuesta varía según el paciente y su tratamiento.
¿Es necesario combinar varios tratamientos para obtener mejores resultados?
Por lo general, un enfoque multidisciplinar es lo que proporciona más probabilidades de atacar el dolor de forma integral.
Conclusión
Como hemos mencionado, el dolor crónico es una problemática compleja que no se puede afrontar desde una sola disciplina. Requiere un enfoque integral que combine tratamientos farmacológicos con diversas opciones terapéuticas para lograr proporcionar soluciones a los pacientes que conviven diariamente con el dolor crónico y que mejoren su calidad de vida.