El Servicio de Dermatología de Grupo San Juan dispone de los medios diagnósticos y terapéuticos necesarios para realizar un abordaje adecuado de las enfermedades de la piel, las uñas y el cabello. Además, desde esta especialidad también abordamos las enfermedades venéreas o de transmisión sexual.
Una biopsia cutánea consiste en la recogida de una pequeña muestra de piel para examinarla y, de este modo, diagnosticar o descartar una posible enfermedad. Esta prueba se realiza, por ejemplo, ante la sospecha de un cáncer de piel, para evaluar enfermedades como la psoriasis o el eccema, o para detectar infecciones bacterianas.
Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo en el que se utiliza el frío intenso para congelar y eliminar tejido enfermo. La crioterapia es efectiva para tratar lesiones de la piel tales como tumores, lunares precancerosos o papilomas cutáneos, o quitar nódulos o pecas poco estéticas.
Un cultivo es un análisis de laboratorio que nos ayuda a detectar e identificar microorganismos que pueden causar infecciones o enfermedades en las uñas, la piel o el pelo. Para ello debemos tomar pequeñas muestras de la uña o de la piel, que se envían al laboratorio para saber si hay hongos, virus o bacterias.
Además del diagnóstico temprano del cáncer de piel, nuestro servicio de Dermatología puede realizar el seguimiento de los pacientes, estudiando cada caso para diseñar un tratamiento personalizado. El más importante es la cirugía dermatológica, si bien puede estar asociada a otros tratamientos.
La piel de los bebés y de los niños es muy sensible, por lo que debemos ser especialmente cuidadosos con ella para prevenir enfermedades futuras. El dermatólogo es el profesional indicado para tratar correctamente cualquier enfermedad o molestia cutánea que puedan tener los pequeños, como la dermatitis atópica, el acné, los angiomas o el molusco contagioso.
La incidencia del cáncer de piel ha aumentado en España en los últimos años, siendo fundamental en su tratamiento un diagnóstico temprano. Nuestro servicio de detección permite coger citas rápidas, de 10 minutos de duración, para que nuestra dermatóloga revise exclusivamente los lunares, verrugas y lesiones susceptibles de presentar malignidad, previniendo o tratando a tiempo dicha enfermedad.
El electrocuretaje consiste en la realización de un raspado en la piel mediante un electrobisturí, con el objetivo de eliminar células que pueden ser tanto benignas como malignas. Asimismo, también puede emplearse esta técnica para tomar muestras para la realización de una biopsia.
Cuando nuestro sistema inmune está debilitado o cuando se produce una herida o corte en la piel es posible que las bacterias o los hongos puedan causar infecciones. Entre las más comunes destacan las verrugas, los herpes, el pie de atleta o la sarna. En estos casos, el tratamiento dependerá del tipo de infección y de su gravedad.
Ante síntomas como el picor, la descamación, el ardor o el enrojecimiento de la piel debemos acudir al dermatólogo, ya que pueden indicar que padecemos una enfermedad inflamatoria como la psoriasis o la urticaria. En estos casos es fundamental ofrecer un tratamiento y establecer un seguimiento, ya que suele tratarse de patologías que cursan en brotes.
Existen múltiples enfermedades de transmisión sexual que afectan a la piel, como la clamidia, el herpes genital, la gonorrea o el VIH. Normalmente, este tipo de enfermedades causan picor, enrojecimiento, irritación e incluso dolor, y aunque no todas ellas son curables, con un tratamiento adecuado se pueden aliviar mucho sus síntomas.
Una escisión es un proceso quirúrgico que se realiza con el objetivo de extirpar lunares, quistes, lesiones o bultos en la piel. Es un tratamiento habitual, por ejemplo, para eliminar el cáncer de piel, ya que permite extirpar el tumor y parte del tejido sano que lo rodea para evitar su crecimiento.
Un examen capilar es un análisis tanto de nuestro pelo como de nuestro cuero cabelludo que nos permite conocer las características de nuestro cabello. Esto puede ayudarnos, por ejemplo, a detectar patrones de alopecia, así como la cantidad de grasa o de caspa del paciente, de forma que podamos ofrecer un diagnóstico y tratamiento personalizado.
Se trata de manchas marrones en la piel que se deben a un aumento de la melanina, y habitualmente se desarrollan en la infancia. Dado que las lesiones pigmentadas pueden ser benignas o malignas, es muy importante contar con el diagnóstico de un dermatólogo antes de eliminarlas.
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