Resulta innegable que nuestra alimentación influye (y mucho) en nuestro bienestar físico y emocional. Sin embargo, ¿estamos seguros de aportar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita? En numerosas ocasiones nos alimentamos guiándonos por el deseo o la vista, dejando de lado nuestra parte racional y descuidando nuestra salud. Precisamente por eso, el papel del nutricionista es clave para que nos sintamos bien por fuera y por dentro.
¡Descubre todo lo que tu nutricionista puede hacer por ti!
Un nutricionista es un profesional de la rama sanitaria que está especializado en realizar evaluaciones nutricionales, así como regímenes alimentarios adaptados para cada paciente, en función de sus características y objetivos. ¿Quieres saber qué problemas trata y cómo puede mejorar nuestra vida acudir al nutricionista? ¡Te lo contamos todo!
La alimentación, clave para una vida sana y feliz
Existen múltiples enfermedades cuya aparición o agravamiento de sus síntomas están relacionados, de forma más o menos estrecha, con la alimentación. Por lo tanto, si “más vale prevenir que curar”, aprender a comer bien es fundamental para cuidar de nuestra salud.
A ser posible, esa “prevención” debería empezar en la infancia. Enseñar a los peques a comer adecuadamente, manteniendo un correcto equilibrio entre nutrientes, respetando horarios de ingestas y valorando las cantidades (ni poco, ni mucho), es enseñarles a cuidar su bienestar. Y a llevar una vida más ordenada, en general.
De no ser así, es probable que muchos niños que no “saben comer” y no cuidan su alimentación acaben desarrollando en la edad adulta alguna enfermedad como la hipertensión, obesidad, diabetes mellitus tipo 2, caries, osteoporosis o incluso algunos tipos de cáncer.
Entonces, ¿qué sucede con las personas que cuidan su alimentación desde la infancia? Para empezar, una buena dieta mantenida a lo largo de los años reduce las posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas. Además, comer de forma saludable estimula la función inmune y protege la salud cardiovascular, y el consumo de platos variados y con una ingesta de calorías controlada ayuda a mantener un peso equilibrado y a evitar trastornos como el estreñimiento.
Por si esto fuera poco, a nivel mental y emocional también tiene muchos beneficios. ¿Sabías que una dieta equilibrada nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de concentración y nuestro estado de ánimo?
En general, ¿en qué consiste una buena alimentación?
Es posible que pienses que para llevar una dieta saludable tienes que comer poco y restringir por completo (o casi) ciertos alimentos, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, el nutricionista tiene en cuenta una serie de condiciones (edad, sexo, peso actual, objetivos, enfermedades y actividad física que se realiza normalmente) para adecuar la dieta a las circunstancias de cada paciente. ¿Tiene sentido, verdad? A fin de cuentas, las necesidades de un niño no son las mismas que las de un anciano, ni un deportista profesional puede comer lo mismo que una persona con un trabajo sedentario.
Por lo tanto, una alimentación saludable es aquella que incluye alimentos variados para nutrir correctamente a nuestro organismo, no restringe por completo ningún grupo alimenticio, como el pan o los cereales (aunque sí puede reducir su ingesta) y nos brinda la energía que requiere nuestro organismo para cubrir sus exigencias calóricas.
¿Qué tratamientos puede realizar un nutricionista?
Como hemos visto, mantener una relación saludable con la comida es básico para nuestro bienestar. Por eso, nuestra Clínica de Especialidades Médicas en Alhaurín de la Torre cuenta con un servicio de nutrición y dietética, en el que nuestra nutricionista ayuda a todo tipo de pacientes a mejorar sus hábitos de alimentación.
En concreto, nuestra nutricionista puede ayudarte ante los siguientes problemas:
- Alimentación específica para personas con alergias, intolerancias o enfermedades. En todos estos casos, los pacientes deben cambiar su dieta para adaptarla a sus circunstancias. Al tener que suprimir uno o varios grupos de alimentos (como la lactosa para los intolerantes, todos los productos con gluten en caso de los celíacos, o los alimentos con altos contenidos en azúcares o grasas para los diabéticos), la nutricionista puede elaborar regímenes alimenticios adecuados para paliar esas ausencias y que mantengamos una alimentación sana, que nos ayude a sentirnos mejor.
- Dietas personalizadas para cada paciente. Aunque habitualmente muchos pacientes acuden a consulta para paliar problemas de sobrepeso u obesidad, un nutricionista trata todo tipo de problemas alimenticios y nutricionales. Por ejemplo, hay pacientes que vienen a consulta porque quieren ganar masa muscular, porque sienten un gran cansancio que no disminuye al dormir o porque anímicamente necesitan ciertos nutrientes para mantener un mejor estado de ánimo. La comida no es un medicamento, pero sí juega un papel esencial en la salud de todos.
- Reeducación alimentaria. Como vimos previamente, es fundamental que los niños adquieran hábitos de alimentación saludables desde la infancia, pero lamentablemente no siempre es así. Por ello, una de las principales funciones de un nutricionista es enseñar a los pacientes (ya sean niños o adultos) a comer de forma equilibrada, cuidando su cuerpo y su salud.
- Programa de alimentación sincronizado con tratamientos estéticos. Una de las ventajas de acudir a Grupo San Juan es que contamos con varias clínicas especializadas en distintas áreas de salud y bienestar, entre las que se encuentra una Clínica de Dermatología Médica y Estética. Por ello, nuestra nutricionista puede combinar una dieta de pérdida de peso con distintos tratamientos estéticos que te ayudarán a cumplir más rápidamente tus objetivos, perdiendo grasa localizada y tonificando tu cuerpo.
Algunos consejos si quieres empezar a cuidar tu alimentación
¿Estás pensando en adquirir hábitos de alimentación más sanos? Puedes empezar por unas pautas muy sencillas:
- Bebe dos litros de agua diarios
- Reduce el consumo de bebidas carbonatadas y elimina el alcohol. Verás cómo sientes que tu cuerpo se “deshincha”
- Escucha a tu cuerpo: ¿verdaderamente tienes hambre o estás comiendo por otros motivos, como estrés o tristeza?
- Aumenta la ingesta de frutas y verduras
- Si quieres tener una mayor sensación de saciedad, aumenta el consumo de proteínas. Puedes encontrarlas en carnes (siendo más recomendable el consumo de carnes blancas, como el pollo o el pavo), pescados, huevos, lácteos y legumbres.
- Come más lentamente para que tu cerebro reciba antes la señal de saciedad proveniente del estómago, de forma que reduzcas la ingesta calórica
- Sírvete la comida en platos más pequeños, y usa siempre el mismo plato para que puedas medir cantidades
- Evita sentarte frente a la televisión, el móvil o el ordenador mientras comes. Ser conscientes de lo que estamos comiendo es importante para entender cuándo estamos llenos, ¡y también para saborear y disfrutar mucho más de la comida!
Además de estos consejos, que son muy básicos, no olvides sacar cita con tu especialista en Dietética y Nutrición. ¡Verás cómo mejora tu vida aplicando pautas de alimentación adecuadas!